Fuente: IMC blog / Escribe: Steve Rogerson
Steve Rogerson habla por chat con Ana María Giménez de Sigfox (en la foto) sobre la maduración del mercado del IoT.
Hace tres años, escribí un artículo sobre cómo las diferentes opciones de la tecnología IoT competirían entre sí para ver quién ganaría. Para aquellos lo suficientemente mayores como para recordarlo, fue un poco como la guerra del VHS contra el Betamax, donde la peor tecnología terminó en la cima.
Más adelante, la gente estaba preocupaba de que esto también pudiera suceder con el IoT. Sin embargo, el problema era que nadie sabía cuál era el mejor de los peores, mientras los defensores de cada uno tocaban sus propios tambores, y los fabricantes de módulos y otros periféricos parecían muy contentos esperando a ver qué pasaba sin tomar postura.
La batalla principal se anunció entre LoRa y Sigfox, aunque Ingenu también estaba en la lucha, además de las opciones celulares que estaban a punto de llegar, como NB-IoT y Cat M. Algunos de los que eran imparciales dijeron que, hasta cierto punto, todos ganarían, aunque realmente nadie les creyó.
Tres años después, sin embargo, este parece ser el caso, por lo menos para Sigfox, que se ha hecho con tres buenos sectores de mercado que consideran muy adecuados por su composición internacional. Eso, por lo menos, es lo que señala Ana María Giménez, directora en Sigfox, con quien estuve chateando esta semana.
“Estamos viendo mucha más madurez en el mercado de lo que habíamos visto hace algunos años”, remarcó. “La gente no está mirando la tecnología sino las aplicaciones comerciales. Quieren saber qué pueden hacer con eso”.
Giménez fue muy firme al decirme que para ella las diferentes tecnologías de IoT eran más bien complementarias en lugar de estar en competencia. Señaló, además, que la principal ventaja de Sigfox era ser una red que cruzaba las fronteras internacionales en lugar de estar conformada por diferentes redes en diferentes países y regiones. Es por eso, dijo, que la tecnología había encontrado sus tres mercados principales.
Y entonces, ¿cuáles son estos tres mercados?
El primero es el seguimiento de activos y servicios logísticos que se pueden utilizar para rastrear el movimiento de mercancías a través de las fronteras. La compañía ha tenido muchas victorias en este campo. La segunda área es en lo industrial, en particular en el monitoreo del estado de las máquinas y en la verificación, por ejemplo, de los niveles en los tanques de combustible, donde una empresa puede tener dicho equipo distribuido en distintos países.
La tercera es una que se ajusta bien a su teoría complementaria y es como una copia de seguridad en áreas como la seguridad y los decodificadores, en esta las comunicaciones principales pueden ser celulares o wifi, pero Sigfox está siempre listo para venir al rescate si algo sale mal. En seguridad, hay una ventaja adicional y es que Sigfox es mucho más difícil de bloquear que el celular y, por lo tanto, puede intervenir si las comunicaciones principales son atacadas.
“Podemos tener a la tecnología celular y a Sigfox en la misma caja”, precisó Giménez. “Las conversaciones que suelo tener con los clientes se centran en este tipo de aplicaciones y no en la tecnología. Realmente no estamos mirando a los otros, como LoRa, y lo que puedan hacer. Tenemos esta red global y sin interrupciones, y eso significa que tenemos un enfoque distinto”.
En el futuro, ahora que el mercado está comenzando a establecerse y las diferentes tecnologías están encontrando su lugar, Giménez cree que más compañías importantes comenzarán a adoptar la tecnología IoT.
“Esto traerá aún más madurez a un ecosistema en crecimiento”, dijo. “Los principales jugadores vendrán y eso se traducirá en más negocios para todos nosotros”.
Es probable que los que eran imparciales hayan estado en lo cierto.